PUBLICADO POR HDFASHION / 15 de septiembre de 2025

Azzedine Alaïa: Revisitando la colección de Alta Costura de 2003 en exposición

El año 2003 fue decisivo tanto para Azzedine Alaïa como para la historia de la moda. El 23 de enero, tras once años de silencio, regresó al escenario de la alta costura. En la década de 1980, aclamado como el "Rey de las Curvas", Alaïa había conquistado el mundo de la moda, creando prendas que parecían exaltar el cuerpo femenino. Sin embargo, en la década de 1990, en medio del reinado del minimalismo y el comercialismo, decidió dar un paso atrás. En la quietud de su taller, escuchó no el ruido de la moda, sino el ritmo de las tijeras cortando con precisión y la respiración de la tela. De ese silencio surgió un momento milagroso: la colección de alta costura de 2003.

Ese capítulo histórico vuelve a ser el centro de atención en la exposición «Azzedine Alaïa, del silencio esculpido: la colección de Alta Costura 2003», que se celebra del 12 de septiembre al 16 de noviembre de 2025 en la Fundación Azzedine Alaïa. Comisariada por Carla Sozzani, Joe McKenna y Olivier Saillard —tres figuras profundamente afines a la estética de Alaïa—, la muestra se desarrolla bajo la misma cristalera que albergó la presentación original. En este luminoso espacio, unas treinta piezas de archivo recuperan su vida.

Azzedine Alaïa y Carla Sozzani, 2016 Azzedine Alaïa y Carla Sozzani, 2016

Chaquetas y redingotes rompen con la rigidez de las líneas rectas, optando por cortes oblicuos. Las faldas vaqueras transforman una tela rígida en algo ligero como una pluma, mientras que la muselina se cierne con la delicadeza del aliento. El vestido minimalista con cremallera evoca la sobriedad monástica, pero revela misteriosamente el cuerpo femenino. El cocodrilo en blanco y negro traza siluetas imponentes; las camisas florecen en blanco lirio; los bordados brillan como si absorbieran la luz. Estas obras no representan una exhibición de virtuosismo, sino un refinamiento incansable de la "técnica invisible": una devoción pura al arte de confeccionar ropa.

El cine y la fotografía enriquecen la exposición. En las imágenes del desfile original, la poesía de Jacques Prévert, la voz de Arletty y las canciones de Juliette Gréco acompañan el paso constante de las modelos, donde cada prenda adquiere nueva luz con cada paso. La película de Claudio Del Rio, Afo mon bébé, filmada a través de los ojos del querido perro de Alaïa, ofrece una perspectiva íntima del backstage, capturando el silencio, la concentración y la artesanía en su máxima expresión. En la segunda planta, fotografías en blanco y negro inéditas de Bruce Weber, encargadas originalmente para Vogue Italia en 2003, revelan prendas que no conquistan el cuerpo, sino que se delinean suavemente, dibujando una nueva y serena feminidad. 

Vestido de Azzedine Alaïa fotografiado por Bruce Weber Vestido de Azzedine Alaïa fotografiado por Bruce Weber
NAOMI CAMPBELL, DÉFILÉ COUTURE 2003 NAOMI CAMPBELL, DÉFILÉ COUTURE 2003
MARIACARLA BOSCONO, DÉFILÉ COUTURE 2003 MARIACARLA BOSCONO, DÉFILÉ COUTURE 2003

En 2003, el público estalló en ovación. Los aplausos atronadores resonaron, pero Alaïa no apareció. Para él, el espectáculo nunca fue lo importante; eran las prendas, luminosas en silencio, las que hablaban. Esa misma postura era la esencia de su estética. «Como prendas, independientemente de su material o propósito, todas merecen el mismo respeto», comentó Alaïa en una ocasión. En esta exposición, cada pieza, ya sea de alta costura o prêt-à-porter, brilla como un «momento esculpido», atemporal y autosuficiente.

Más de veinte años después de aquel día inolvidable, la ropa vuelve a posar bajo el techo de cristal, esculpida en silencio, planteándonos una pregunta que resuena a través del tiempo: ¿puede la moda realmente abrazarnos más allá de los límites del tiempo?

Fundación Azzedine Alaïa 18 Rue de la Verrerie, 75004 París, Francia Fundación Azzedine Alaïa 18 Rue de la Verrerie, 75004 París, Francia

Cortesía: Fundación Alaïa 

Texto: Elie Inoue